Relaciones sanas.
Las relaciones sanas se basan en un equilibrio fundamental: dar y recibir. Cuando este equilibrio se rompe, la relación puede sufrir las consecuencias. Si damos más de lo que recibimos, es probable que experimentemos una serie de emociones negativas y que la relación se vuelva tóxica.
¿Cómo saber si estoy dando demasiado de mí?
Señales de alerta:
- Cansancio físico y emocional.
- Sentimientos de tristeza, desilusión y desencanto.
- Percepción de que lo que haces por la otra persona es una carga.
- Resentimiento y amargura hacia la otra persona.
- Sensación de estar siendo utilizado o explotado.
- Dificultad para poner límites y decir «no».
- Priorizar las necesidades de la otra persona por encima de las tuyas.
¿Qué hacer si estoy dando demasiado?
1. Comunicación asertiva:
- Habla con tu pareja sobre cómo te sientes y expresa tus necesidades de forma clara y honesta.
- Utiliza la comunicación «yo» para evitar culpar o atacar a la otra persona.
- Establece límites sanos y aprende a decir «no» cuando sea necesario.
2. Autocuidado:
- Prioriza tu propio bienestar físico y mental.
- Dedica tiempo a tus hobbies y actividades favoritas.
- Practica técnicas de relajación como la meditación o el yoga.
- Fortalece tu autoestima y aprende a valorarte a ti mismo.
3. Reevaluación de la relación:
- Si la situación no mejora después de haber comunicado tus necesidades y establecido límites, es posible que la relación no sea sana.
- Considera la posibilidad de buscar ayuda profesional para aprender a gestionar la dinámica de la relación.
4. Recuerda:
- No estás solo. Muchas personas experimentan desequilibrios en sus relaciones.
- Es posible cambiar la dinámica de una relación si ambos miembros están dispuestos a trabajar en ello.
- Tu bienestar es lo más importante. No tengas miedo de poner límites y cuidar de ti mismo.
Personas que «absorben» energía:
Existen personas que, sin ser conscientes de ello, pueden «absorber» la energía de los demás. Esto puede generar un desequilibrio en la relación, ya que la persona que da se siente cada vez más cansada y desanimada, mientras que la que recibe se beneficia de su energía sin dar nada a cambio.
En estos casos:
- Es importante hablar con la otra persona y explicarle cómo te sientes.
- Establece límites claros y no te sientas obligado a dar más de lo que puedes.
- Si la situación no mejora, es posible que sea necesario distanciarse de la persona o incluso terminar la relación.
Ejemplos de desequilibrio entre dar y recibir en las relaciones:
1. Pareja con diferentes niveles de compromiso:
- Persona A: Siempre está dispuesta a hacer planes, salir y pasar tiempo con la persona B.
- Persona B: Prefiere quedarse en casa, no tiene muchas ganas de salir y no se esfuerza por hacer planes.
2. Amistad con roles desiguales:
- Persona A: Siempre está ahí para escuchar, apoyar y ayudar a la persona B.
- Persona B: Rara vez está disponible para escuchar o ayudar a la persona A.
3. Relación familiar con expectativas desmedidas:
- Hijo/a: Se siente responsable del bienestar emocional y económico de sus padres.
- Padres: No se responsabilizan de su propio bienestar y dependen emocionalmente de su hijo/a.
4. Relación laboral con abuso de poder:
- Jefe/a: Exige mucho trabajo y no reconoce el esfuerzo de sus empleados.
- Empleado/a: Se siente explotado y no se siente valorado por su trabajo.
Es importante recordar que las relaciones sanas se basan en el equilibrio y la reciprocidad. Si te encuentras en una situación en la que estás dando demasiado, no dudes en hablar con la otra persona y establecer límites claros.
En conclusión, dar y recibir son dos aspectos esenciales de las relaciones sanas. Es importante encontrar un equilibrio entre ambos para que la relación sea satisfactoria para ambas partes. Si te encuentras en una situación en la que estás dando demasiado, no dudes en tomar medidas para proteger tu bienestar.
Revisado por: José Luis Vaquero