Echo de menos quien era yo cuando estaba contigo.

Echo de menos quien era yo cuando estaba contigo.
Echo de menos quien era yo cuando estaba contigo.

La nostalgia me envuelve como una manta en una noche fría. Recuerdo tu sonrisa, tu voz, la calidez de tu abrazo. Y al mismo tiempo, me invade una profunda tristeza al pensar en la persona que era junto a ti.

Eras mi espejo, mi reflejo, mi confidente. En ti encontraba la fuerza para enfrentar mis miedos, la alegría que iluminaba mis días, la esperanza que me impulsaba hacia el futuro.

Pero ahora estás lejos, y yo me siento perdido. No sé quién soy sin ti. He perdido mi brújula, mi norte, mi camino.

Cada día es una lucha por encontrarme a mí mismo. Intento redescubrir mi voz, mis sueños, mi pasión. Pero es una tarea difícil, llena de obstáculos y frustraciones.

A veces me pregunto si volveré a ser la misma persona. Si alguna vez podré recuperar la alegría y la confianza que tenía cuando estaba contigo.

No sé qué me depara el futuro. Pero lo que sí sé es que te necesito. Te necesito para recordar quién soy, para encontrar mi camino de regreso a mí mismo.

Te echo de menos, y espero que algún día nuestros caminos se vuelvan a cruzar. Hasta entonces, seguiré buscando la luz que me guíe hacia ti, hacia mí mismo, hacia nuestro futuro.

Sé que no estoy solo en este sentimiento. Muchos han pasado por lo mismo, por la dolorosa experiencia de perder a alguien que amaban y, con ello, una parte de sí mismos.

Pero no hay que perder la esperanza. El tiempo cura las heridas, y encontraremos la manera de seguir adelante.

Lo importante es recordar que siempre podemos reinventarnos. Siempre podemos encontrar una nueva razón para vivir, una nueva pasión que nos motive, un nuevo camino que nos lleve hacia la felicidad.

No te aferres al pasado. Deja ir lo que ya no puedes controlar. Y abre tu corazón a las nuevas posibilidades que te ofrece la vida.

Confía en ti mismo. Eres más fuerte de lo que crees. Y tienes la capacidad de superar cualquier obstáculo que se te presente.

No tengas miedo de cambiar. El cambio es inevitable, y a veces es necesario para crecer y evolucionar como persona.

Abraza la incertidumbre. El futuro es un lienzo en blanco, y está en tus manos darle color y forma.

Sigue adelante. No te rindas. La vida es un viaje maravilloso, y hay muchas cosas hermosas por las que vale la pena luchar.

Recuerda que siempre hay esperanza. La luz siempre está al final del túnel. Solo hay que tener la paciencia y la determinación para encontrarla.

Revisado por: José Luis Vaquero

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *