Cuando se van nos damos cuenta del gran vacío que dejan.

Cuando se van nos damos cuenta del gran vacío que dejan.
Cuando se van nos damos cuenta del gran vacío que dejan.

A veces, por desgracia, solo nos damos cuenta del vacío que dejan cuando ya no están…

Sí, hasta ese extremo llegan a formar parte de nuestra vida diaria, de nuestras penas y alegrías, se convierten en parte de nuestra familia y, como a ellos, sufrimos su ausencia.

Tengo un perro de nuevo: Canú, le quiero mucho!! y es el tercero que pasa por mi vida.

Aunque me da muchas alegrías, no he podido ni quiero olvidar ni a Boby ni a Lana.

Revisado por Jose Luis Vaquero.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *