Un torrente de emociones
Soy consciente de mis imperfecciones, de mis aristas que a veces te hieren sin querer. La ironía es que yo, quien tanto he anhelado ser tu protector, tu héroe de sueños, me encuentro inseguro, tambaleante en este camino.
No obstante, la certeza que me sostiene es mi amor por ti. Un amor que busca incansablemente la forma de retribuir, de devolverte aunque sea un ápice de lo que me has dado.
Tu ternura, tu luz, son como un faro que ilumina mi corazón, que le devuelve la vida a mi ser. Eres mi fuente de inspiración, la musa que da melodía a mis días.
Tu voz, un bálsamo que sana las heridas, un susurro que me invita a seguir a tu lado. Contigo puedo caminar, contigo quiero despertar cada mañana.
Quédate, te lo ruego, porque mi amor por ti es inquebrantable. Anhelo con todo mi ser devolverte la alegría que me has brindado.
Tu sola presencia me llena de fuerza, me recuerda cómo amar con la intensidad que tú me has enseñado.
Eres la luz que ilumina mi camino, la melodía que da ritmo a mi corazón. No hay nadie más que tú, solo tú eres capaz de inspirarme, de hacerme vibrar con solo escuchar tu voz.
En ti encuentro la paz que mi alma anhela, la calma que me permite ser mejor para ti. Eres mi refugio, mi brújula, mi razón de ser.
Te amo con cada fibra de mi ser, y mi mayor deseo es que este sentimiento sea recíproco. Que juntos podamos construir un universo donde el amor reine por siempre.
Revisado por Jose Luis Vaquero